5 razones por las que la Iglesia no puede externalizar Santiago 1:27

By Jedd Medefind on febrero 27, 2014

El blog de la Asociación Willow Creek publica hoy un breve artículo que escribí titulado "5 razones por las que la Iglesia no puede externalizar Santiago 1:27". Véase más abajo:

Investigación Barna destacó la semana pasada el creciente compromiso cristiano con la adopción y el acogimiento familiar entre sus "Tres grandes tendencias de fe y cultura para 2014".

Lo veo todos los días. Tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, los cristianos están acogiendo a los huérfanos de formas asombrosas: desde la acogida local y las adopciones hasta el apoyo al cuidado de los huérfanos en todo el mundo.

Y esto es clave: no se trata sólo de que las familias solas adopten o acojan o envíen cheques. Se trata sobre todo de la iglesia local vivir Santiago 1:27 como comunidad.

¿Por qué? He aquí 5 razones por las que no hay sustituto para la iglesia local en el cuidado de los huérfanos:

  1. "El Gobierno es un padre terrible". Estas son las palabras de un amigo que trabajó durante 25 años en el sistema público de protección de la infancia. Un buen gobierno puede desempeñar un papel fundamental en la protección de los niños frente a los abusos, pero nunca podrá proporcionarles el amor, el cariño y la pertenencia que más necesitan...
  2. Es difícil. El viaje de todo niño huérfano comienza con una tragedia. Y a partir de ahí suele empeorar. Por eso, cuando acogemos a estos niños en nuestras vidas, también probamos parte de esa tragedia. Amar a un alma herida hasta que se recupere es un camino que ninguna familia debe recorrer sola. El aliento y la ayuda de una comunidad eclesial solidaria son esenciales.
  3. Amar a los huérfanos muestra al mundo el corazón de Dios. Mucho más que un mandato de Dios, el cuidado de los huérfanos es un espejo del corazón de Dios. Antes de que Isaías ordenara: "Defended a los huérfanos, 1:17″, la Torá describía: "Él [Dios] defiende a los huérfanos". (Dt. 10:18). Cuando una iglesia abraza a los huérfanos, estamos ofreciendo al mundo un pequeño pero potente reflejo de cómo Dios nos amó primero.
  4. La acogida de huérfanos remodela la Iglesia. La discusión abstracta sobre "cuestiones de justicia" se convierte de repente en un niño precioso, ahora en medio de nosotros. Los retos y las alegrías de amar a este niño nos unen unos a otros, construyen comunidad y profundizan la fe. Un pastor amigo describió el acogimiento familiar en su iglesia: "Veo que hace crecer nuestra comprensión del amor bíblico: que implica un sacrificio real; da como Dios da a los que no tienen forma de devolvértelo".
  5. Podemos ser la solución. Si sólo una de cada tres iglesias estadounidenses adoptara a un niño de acogida, habría más familias esperando niños que niños esperando familias. Sí, el número mundial de huérfanos es desalentador, pero la iglesia local de cada nación puede convertirse en la principal respuesta. ¡Qué manera de dar gloria a Dios y de cambiar la percepción que el mundo tiene de la Iglesia!

¿Quieres aprender más sobre cómo tú y tu iglesia podéis involucraros sabiamente en la adopción, los casos de acogida y el cuidado global de huérfanos? Únete a nosotros para CAFO2014 en Willow Creek Community Church, 1-2 de mayo.

Sí, el gobierno y las ONG tienen un papel clave que desempeñar. Pero cuando se trata de amar a los huérfanos, no hay nada que pueda sustituir a la iglesia local. No podemos externalizar Santiago 1:27.

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