La BBC publicó a principios de este mes un artículo muy significativo sobre la trágica situación que viven muchos huérfanos en Rusia, titulado "¿Se resisten los esfuerzos por ayudar a miles de niños "abandonados"?" Para cualquiera que se preocupe por la difícil situación de los huérfanos en todo el mundo, los relatos que presenta son a la vez desgarradores y reveladores.
Por encima de todo, el artículo revela la enmarañada complejidad con la que uno se topa al abordar las necesidades de los huérfanos. Una gran parte de los niños que viven en instituciones en Rusia tienen padres vivos... pero en la mayoría de los casos esos padres tienen poco interés en recibir a sus hijos en casa. Dijo una niña llamada Sonya: "Cuando nací tuve algunos problemas, y en el hospital dijeron que estaba muerta o que no viviría mucho, así que mis padres se negaron a acogerme".
La situación es especialmente grave para los niños con necesidades especiales. Pocos orfanatos ofrecen más que los cuidados básicos para ayudar a los niños a superar sus minusvalías. Algunos reformistas trabajan para que haya más huérfanos acogidos en hogares, y el nuevo programa gubernamental "Rusia sin huérfanos" pretende fomentar la adopción y el acogimiento familiar. Pero el sistema de orfanatos de Rusia, como la burocracia de todo el mundo, se resiste mucho al cambio. El año pasado sólo se adoptaron unos 7.000 niños en toda Rusia. Las reformas y el cambio de cultura no serán fáciles.
Mientras tanto, incluso los niños inicialmente sanos languidecen en instituciones estatales. Son frecuentes los malos tratos por parte de adultos y niños mayores, la negligencia grave y otras experiencias perjudiciales. En un orfanato mencionado en el artículo murieron al menos 41 niños en 10 años, aparentemente por negligencia. Y los críticos denuncian que estas situaciones no son infrecuentes.
¿Cuál es la respuesta? Como aclara el artículo, no hay una solución única ni fácil. ¿Pasar de las instituciones públicas a los hogares de grupos pequeños y a la atención familiar? ¿Adopciones locales? ¿Adopciones internacionales? ¿Las ONG locales y extranjeras están haciendo todo lo que pueden? Recemos por todo lo anterior, y especialmente para que la Iglesia rusa se levante como la mayor respuesta de todas.