CAFO no se centra en el gobierno, pero cada día comprobamos que las políticas gubernamentales pueden tener un profundo impacto -para bien o para mal- en la vida de los niños....
Ese es sin duda el caso de una laguna que ha existido durante muchos años en la legislación estadounidense sobre adopción internacional. Como resultado, algunas personas adoptadas hace décadas por padres ciudadanos estadounidenses nunca han recibido la ciudadanía estadounidense.
Muchas de estas personas descubrieron que su ciudadanía nunca había estado plenamente garantizada. sólo más tarde en la vida - cuando querían alistarse en las fuerzas armadas o solicitar un pasaporte.
La Ley de Ciudadanía Infantil de 2000 solucionó este problema para muchos niños adoptados. Pero no cubría a los que habían cumplido 18 años antes de que se promulgara la ley. Como resultado, un grupo importante de personas adoptadas nunca fueron reconocidas como ciudadanos estadounidenses. La mayoría de estas personas tampoco tienen derechos de ciudadanía en su país de nacimiento. Así que, al menos sobre el papel, parecen ser personas sin país.
Este error sigue siendo una tragedia a muchos niveles.
Para las personas adoptadas afectadas, ha creado innumerables retos, pequeños e inmensos. La falta de nacionalidad puede dificultarles enormemente la solicitud de ayudas universitarias y financieras, la creación de cuentas bancarias, el alquiler de viviendas y el inicio de carreras profesionales. Sin la nacionalidad, no pueden optar a las ayudas de COVID y otros programas vitales.
En el ámbito internacional, el hecho de que este grupo de adoptados nunca recibiera la ciudadanía puede hacer que los gobiernos extranjeros descarten el firme compromiso de Estados Unidos con el ideal de la adopción. Eso podría dificultar aún más que los niños que hoy crecen sin familia encuentren un hogar a través de la adopción internacional.
Y lo que es más profundo, contradice la profunda convicción compartida por prácticamente todos los estadounidenses de que la adopción es un acto tan real y permanente como un nacimiento biológico. Si un niño nace de un ciudadano estadounidense, se convierte inmediata y automáticamente en ciudadano. Lo mismo debería ocurrir con el niño recibido en adopción.
Prácticamente todos los estadounidenses comparten la convicción de que la adopción es un acto tan real y permanente como un nacimiento biológico.
La Ley de Ciudadanía del Adoptado de 2019 (S. 1554/H.R. 2731) cerraría esta brecha. Modifica la ley de 2000 para proporcionar la ciudadanía inmediata a las personas adoptadas por ciudadanos estadounidenses que no estaban cubiertas por el proyecto de ley anterior. En última instancia, garantizará la ciudadanía automática a todos los niños adoptados plena y finalmente por un ciudadano estadounidense.
La aprobación de este proyecto de ley por el Congreso es cualquier cosa menos segura, especialmente en un año electoral. Le animamos a informarse sobre el proyecto de ley y sobre cómo puede ayudar. AQUÍ.