Entrevista de TC a Michelle Bond sobre los huérfanos haitianos

By Jedd Medefind on febrero 13, 2010

Si aún no lo has visto, Entrevista de Christianity Today con Michelle Bond, del Departamento de Estado de EE.UU., es una lectura que merece la pena para cualquiera que esté sopesando la mejor manera de atender a los huérfanos de Haití. En general, la perspectiva de Bond es sensata y equilibrada. Explica por qué la adopción no puede ser un objetivo principal inmediato, por qué la adopción no es la solución definitiva para un gran porcentaje de los huérfanos de Haití y por qué las respuestas dentro del país son tan críticas. Junto a estas advertencias, Bond también afirma la adopción internacional como una solución vital para los niños que no pueden ser asignados a familias afectuosas en Haití, así como el papel potencial del gobierno de EE.UU. en ayudar a los gobiernos extranjeros a crear sistemas más seguros y eficientes para la adopción internacional.

Una frase -ofrecida para explicar la perspectiva de quienes se resisten a la adopción internacional dentro del gobierno de Haití- merece un poco más de atención. Bond describe: "Haití tiene estas restricciones [a la adopción internacional] para asegurarse de que las naciones más ricas no les borren los niños".

Esta frase, y el sentimiento que describe, merecen mucho debate. El mejor lugar para empezar es con empatía y un esfuerzo por entender por qué algunos se sienten así. Me atrevería a decir que no sería fácil para muchos estadounidenses si nos diéramos cuenta de que algunos de los niños de nuestras comunidades estarían mejor con familias en el extranjero.

Sin embargo, hay dos hechos centrales que contradicen directamente las suposiciones subyacentes a las perspectivas que destaca Bond. En primer lugar, incluso si las adopciones internacionales desde Haití aumentaran significativamente, el impacto sobre el número total de niños en Haití sería totalmente insignificante. Aunque el aumento de las adopciones podría reducir significativamente el porcentaje de niños que viven en la calle o como "huérfanos dobles" en orfanatos sin ningún pariente vivo, Haití no se quedaría sin niños.

Y lo que es más importante, las adopciones internacionales nunca tienen que ver con "limpiar países de niños". Más bien, las adopciones -bien llevadas a cabo- tratan de borrar la realidad de miles de niños que crecen sin un hogar cariñoso, que viven en la calle o en instituciones, que se despiertan cada mañana sin el cuidado de su madre o de su padre. Esto es algo en lo que todos podemos estar de acuerdo en que debería "borrarse".

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