Sólo en las dos últimas semanas, y en al menos una docena de contextos distintos, he escuchado a líderes... he oído a amigos... he leído correos electrónicos... he revisado artículos... todos expresando convicciones profundamente sentidas en lados aparentemente opuestos de un...
A menudo, se presenta como un valor en lucha mortal con otro: preservación y reunificación familiar, por un lado, y, por otro, acogimiento familiar, adopción y otros medios de protección de la infancia.
Había una verdadera belleza en muchas de las cosas que oí. Historias de familias separadas, ahora restauradas. Un grupo de hermanos que habían sufrido terribles abusos y que ahora prosperan con su familia adoptiva. Docenas de niños devueltos de un orfanato a sus madres. Un padre cuya vida dio un giro radical tras la "llamada de atención" que supuso el traslado de su hijo a un hogar de acogida; ahora ambos prosperan juntos.
También se expresaron algunas cosas no tan bonitas. Percibí flechas sutiles -y a veces no tan sutiles- lanzadas en ambas direcciones contra los del "otro bando". Uno sugirió que los administradores del bienestar infantil hacen lo que hacen únicamente para proteger su territorio y sus ingresos. Otro afirmaba que la mayoría de la gente no da prioridad a la preservación de la familia porque sólo se preocupan por los niños si pueden poseerlos. Otro afirmó que algunos trabajadores sociales están tan apasionados por la reunificación que a sabiendas devolverían a un niño a un hogar abusivo.
Sin duda, hay medias verdades en muchas de esas críticas. Pero las medias verdades también son medias mentiras.
En todo ello, me dolió el corazón. En primer lugar, porque prácticamente todas estas personas -de ambos lados de la línea divisoria- se encuentran entre las relativamente pocas que se están volcando en favor de los niños que sufren y de las familias que luchan. ¡Qué tragedia no ver un espíritu afín en otra persona que está sirviendo en este campo! [pullquote]¡Qué tragedia no ver un espíritu afín en otra persona que trabaja en este campo! [/pullquote]
Aún más graves son las consecuencias para los más vulnerables. Cuando los líderes y los programas y las intervenciones se apoderan de la verdad en un lado de esta tensión y no en el otro, la calamidad no está lejos.
Me contaron la historia de un director de orfanato en África que era tan devoto de su institución que, al parecer, intentaba negarse a liberar a los niños que estaban a su cargo, incluso cuando sus propias madres venían a llevárselos a casa.
También leí en el LA Times de Anthony Avalos, un niño maltratado una y otra vez mientras sus padres eran atendidos en "programas de desvío" diseñados para mantener unidas a las familias en lugar de colocar a los niños en hogares de acogida. Era demasiado tarde cuando el sistema por fin se dio cuenta, "La horrible muerte de Anthony Avalos y las muchas oportunidades perdidas de salvarlo."
Por supuesto, nos esperan muchas preguntas profundas y difíciles en cualquier debate sobre esta tensión. De hecho, cualquier Cada vez que nos atrevemos a acercarnos al dolor del mundo, nos enfrentamos a preguntas para las que quizá no haya una buena respuesta. Rara vez tenemos el lujo de elegir entre una opción ideal y una mala. [pullquote]A menudo decidimos entre múltiples soluciones, sabiendo que todas ellas son defectuosas. Y aun así debemos elegir. [/pullquote] Más bien, a menudo decidimos entre múltiples soluciones, sabiendo que todas ellas son defectuosas. Y aun así debemos elegir. O eso, o simplemente volver a casa y enviar un cheque desde lejos.
Sí, es dolorosamente complejo, a menudo en un sentido muy literal.
Pero eso no significa que la reflexión y la sabiduría no puedan ayudar. Ni mucho menos. En medio de la gran complejidad que siempre conlleva el servicio en un mundo herido, necesitamos desesperadamente personas dispuestas a hacer el trabajo duro de convertirse en oyentes humildes... pensadores orantes... guías sabios.
En situaciones como las tensiones entre la preservación de la familia y la protección de la infancia, creo que la sabiduría requiere especialmente agarre "verdades polares." Debemos aferrarnos a dos ideas que parecen opuestas.
A menudo, la sabiduría exige aferrarse a "verdades polares", es decir, a dos ideas que parecen opuestas.
Las verdades más profundas de la Escritura nos llegan a menudo de este modo. Justicia y misericordia. Verdad y gracia. Humildad y confianza. Estas cosas parecen opuestas, incluso mutuamente excluyentes. Pero vivir sabiamente y bien, como Dios quiere, requiere abrazar de todo corazón ambas cosas. Aferrarse sólo a una y abandonar la otra conduce a todo tipo de males. Es justicia sin misericordia....o misericordia sin justicia. Es la verdad sin gracia o gracia sin verdad.
Lo mismo podría decirse de la preservación de la familia y la protección de la infancia. Debemos asumir el compromiso de ambos...tenazmente.
Como cristianos que creemos que la familia es lo mejor de Dios para los niños y también que Su gracia puede transformar cualquier vida, debemos estar 100% comprometidos con la preservación de la familia y la reunificación siempre que sea posible de forma segura.
Y, como cristianos llamados a proteger a los débiles e indefensos, también debemos 100% comprometernos a garantizar la acogida extrafamiliar, el acogimiento por familiares y la adopción siempre que el hogar biológico de un niño no sea seguro.
Dedicarse a uno solo de estos imperativos y perder el control del otro es sencillamente inaceptable.
Sin duda, seguirá habiendo muchos debates críticos sobre los matices. Y cada caso particular planteará sus propios dilemas.
Pero no hay lugar para ver al "otro bando" con desprecio ni para pregonar la superioridad del nuestro. De hecho, no tiene por qué haber bandos opuestos. Por el contrario, podemos y debemos ser un único movimiento, todos comprometidos. juntos a agarrar las verdades polares tanto de la restauración familiar y protección de la infancia codo con codo, tenazmente.
[Si desea profundizar en este tema, consulte la charla de CAFO2014, "Verdades polares."]