Destellos de bondad y tormentas de polémica en una noticia sobre la VI Cumbre

By Jedd Medefind on mayo 20, 2010

Un titular de CBN ha abierto hoy una conmovedora ventana a la Cumbre VI del mes pasado y a la creciente ola de compromiso cristiano con los huérfanos. Sin embargo, es probable que el comentario de Pat Robertson que sigue a la noticia provoque un intenso debate.

El reportaje de Charlene Israel captó bien el espíritu de la VI Cumbre y la pasión por los huérfanos y la adopción que la rodea. Junto con otros elementos, proporcionó magníficas instantáneas de varias de las familias adoptivas que asistieron a la Cumbre, entre ellas el Reynolds (la extraordinaria familia entrevistada en el escenario de Summit) y los Twietmeyer (otro clan inolvidable, y los fundadores de Proyecto Hopeful).

El informe gira en torno a la historia de Tague y Lisa Harding, de Lakeville (Minnesota). La pareja ya tenía cinco hijos, el menor de ellos de diez años, y esperaba la libertad de un nido vacío. Pero en un viaje misionero a África, su preocupación por los huérfanos se convirtió en una llamada a la adopción. Hace año y medio, adoptaron a dos niños de Uganda, Phillip, de tres años, y Zachary, de cuatro.

Lisa Harding expresa lo que he oído decir a tantos padres adoptivos en los últimos años: que el deseo que Dios despertó en ellos de cuidar de los huérfanos no ha llegado definitivamente a su culminación con la adopción. Más bien, ven la adopción como una parte de una llamada de por vida a vivir según Santiago 1:27. Hablando de sus planes para asistir a la Cumbre, Lisa expresó: "Estoy emocionada por reavivar lo que ya es una pasión en nosotros porque esto no es un punto al final de una frase ahora que Philip y Zachary están en nuestra casa. Ahora, es ¿qué sigue?".

Igualmente significativas, las palabras de Harding al final de la entrevista captan el poder de la intención de Dios en la adopción y el cuidado de los huérfanos. No se trata sólo de rescatar huérfanos; se trata también de rescatar adultos cristianos ensimismados. Cuidar de los huérfanos es un camino de discipulado desde la raíz, porque el amor a los huérfanos transforma. Como concluye Lisa Harding: "La gente ha dicho: 'Oh, qué suerte tienen, les has rescatado de lo que sea'. Y yo pienso, ¿Bromeas? Yo soy la afortunada. Tengo que ser su madre. Y consigo ser rescatada diariamente de mi egoísmo, y de mi impaciencia, y de cosas que están igual de enfermas en mi alma."

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