Una expresión frecuente de nuestra oración más profunda en CAFO es ésta: la iglesia local en cada nación conocida como la principal respuesta para los huérfanos de ese lugar.
Esa visión puede parecer lejana en el horizonte. Pero lo que vi la semana pasada en Guatemala me recordó que es posible. Más que 
Entre los ponentes se encontraban Alex y Aixa de López, considerados entre los líderes cristianos más vibrantes de Guatemala. Los López, junto con otros creyentes pioneros, han violado el tabú cultural contra la adopción. E invitan a otros a hacer lo mismo.
Muchos amigos guatemaltecos me han contado que cuando la infertilidad obliga a las familias a adoptar, las mujeres guatemaltecas a veces incluso "fingen" los embarazos para ocultar la adopción. Pero los López han acogido a dos hijas de orfanatos locales...
en su familia, junto a sus hijos biológicos. "Es sólo un pequeño reflejo de cómo Dios nos ha amado", me dijo Aixa. "Eso es mucho más poderoso que las suposiciones y prejuicios de nuestra cultura".
Del mismo modo, muchas organizaciones miembros de CAFO están trabajando estrechamente con las iglesias guatemaltecas para acoger a los niños huérfanos de otras maneras también: proyectos de preservación de la familia... acogimiento innovador para llevar a los niños de los orfanatos a hogares de cuidado... relaciones de tutoría para los jóvenes que salen del cuidado... apoyos basados en la iglesia para las familias que han recibido recientemente a sus hijos de vuelta de los orfanatos... y mucho más.
Si las buenas semillas que se sembraron y cultivaron tan eficazmente en la Cumbre del sábado sirven de indicación, sospecho que los guatemaltecos nos mostrarán a todos cómo puede ser en acción en los próximos años.
Sin duda, siempre será desordenado. Y siempre imperfecto. Pero resplandecerá con la luz del amor de Dios como pocas cosas en la tierra podrían hacerlo. Esa es una visión por la que vale la pena rezar... y por la que vale la pena luchar.