Cómo fomentar asociaciones sanas en las misiones a corto plazo

By Jason Johnson on abril 10, 2024

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Las iglesias y organizaciones sanas, asociadas en relaciones sanas y mutuamente beneficiosas, son la savia de una obra del Reino sana y eficaz. 

Cuando nos vemos a nosotros mismos y a nuestra iglesia como parte de un todo mayor -a saber, el Cuerpo de Cristo reflejado y activado a través de una diversidad de iglesias, organizaciones y ministerios en todo el mundo- es una buena motivación para entrar en asociaciones sanas y vivificantes. 

Tanto si se está evaluando la posibilidad de formar una nueva asociación como si se está considerando la posibilidad de introducir cambios considerables en una ya existente, hay varias preguntas que pueden aclarar y orientar el proceso de toma de decisiones. 

Hacer estas preguntas puede ayudar a ambas partes a entender los riesgos y beneficios potenciales, así como el papel de cada una en la asociación. Lo ideal es que este proceso sea recíproco y que ambas partes mantengan un diálogo abierto y sincero.

¿Cómo se evalúa una nueva asociación para misiones a corto plazo? 

Al evaluar la idoneidad de un nuevo asociación, considere los tres pasos siguientes:

  1. Formular una serie de preguntas básicas
  2. Iniciar un proyecto a más corto plazo, con límites de tiempo
  3. Asociarse en proyectos de mayor duración e implicación

Cada una de estas etapas incluye un tiempo de evaluación, con la oportunidad de decidir no continuar con la asociación.

Preguntas clave para evaluar las asociaciones

A la hora de evaluar si una posible asociación encaja bien, debemos empezar con varias preguntas básicas. 

  • ¿Está registrado legalmente el socio potencial?  En caso negativo, ¿por qué? ¿Están dispuestos a registrarse? En caso negativo, ¿por qué?
  • ¿Sería beneficiosa nuestra colaboración para los niños y las familias a las que atienden? ¿Cómo se beneficiarían específicamente los niños y las familias?
  • ¿Posee nuestro socio potencial una política de protección de la infancia? (Consulte el curso de CAFO sobre protección de la infancia)
  • ¿Conoce nuestro socio potencial sus objetivos? ¿Tienen una misión, una visión y unos objetivos?
  • ¿Dispone nuestro socio potencial de mecanismos de rendición de cuentas? ¿Tienen un órgano de gobierno? ¿Cómo rinden cuentas de sus finanzas, objetivos, relaciones con los donantes, etc.? 
  • ¿Revela Internet algo alarmante? Conocer el programa, el personal y la junta directiva a través de un sitio web y de las cuentas en las redes sociales puede aportar información. 
  • ¿Cómo representan su trabajo y a las personas a las que sirven? Únete a su lista de comunicación y síguelos en las redes sociales. 
  • ¿Creen varias personas de nuestra organización que esta asociación es una buena idea? ¿Hay una sola persona al mando? ¿Hay consenso entre nuestros dirigentes? 
  • ¿Qué referencias tienen? ¿Puede hablar con otro socio o contacto para saber más? ¿Cuál es su reputación en la comunidad local?

Es importante que el equipo directivo dedique tiempo a elaborar las preguntas que mejor reflejen la intersección entre la misión de su iglesia y el ámbito más amplio de las mejores prácticas en las áreas concretas de servicio y ministerio en las que opera el nuevo socio potencial. Se trata de un proceso relativamente sencillo que puede allanar el camino para futuras colaboraciones. 

El poder de una base de prueba

Trabajar juntos en un pequeño proyecto puede ser un gran primer paso. Permitirá a los implicados comprobar si la relación encaja. Si lo es, comprometerse progresivamente en proyectos a más largo plazo o de mayor envergadura puede consolidar la asociación. Crear confianza requiere un carácter y una calidad constantes a lo largo del tiempo, y el proceso no puede precipitarse. 

¿Cómo empezar a hacer cambios saludables en las relaciones con las parejas actuales? 

Es posible que se pregunte si las asociaciones que ya tiene siguen siendo tan beneficiosas, saludables o necesarias como antes. 

Aunque este proceso es más sencillo antes de comprometerse con una asociación, nunca es demasiado tarde para considerar si la asociación encaja. Repasar los pasos anteriores con los socios actuales puede servir como punto de partida para entablar conversaciones significativas y clarificadoras con ellos. 

Puede que su pareja actual no le convenza. En tales situaciones, hay dos opciones: 

  1. Influir en el interlocutor para que cambie
  2. Poner fin a la asociación

Recomendamos encarecidamente no abandonar una asociación demasiado deprisa, sin mantener conversaciones exhaustivas. Puede provocar importantes daños colaterales. 

Por ejemplo, si financia un hogar residencial (es decir, un orfanato) y su ayuda contribuye a alimentar a los niños, el abandono inmediato de la asociación y el cese de su financiación podría afectar significativamente a esos niños y a sus necesidades diarias. 

En algunos casos, puede ser posible trabajar con un socio para introducir cambios que les hagan encajar mejor. 

Por ejemplo, si no están legalmente registrados, puede que usted pueda apoyarles en ese proceso. En estos casos, el tiempo que invierta en apoyar a su socio puede multiplicar su impacto al redundar en una mejor atención a los niños y las familias a las que atienden. 

A veces, nuestros socios anhelan introducir cambios en su programa, pero carecen del apoyo y la financiación suficientes para hacerlo. Incluso pueden temer que sus socios (¡usted!) les retiren el apoyo si cambian. Puede que tengan soluciones creativas con las que han estado soñando, si tan solo alguien les animara a liberar esos sueños y pasar a la acción. 

Por eso es vital una comunicación abierta y honesta. 

¿Qué hacer si la pareja no está abierta al cambio?

Es posible que la pareja no esté dispuesta a hacer cambios. O puede que descubráis que tenéis objetivos fundamentalmente distintos y no es posible que la relación sea beneficiosa para ambas partes. 

En estos casos, es apropiado e incluso aconsejable encontrar formas eficaces de poner fin a la relación de pareja. Si es posible, lo ideal es mantener una actitud positiva hacia el otro. Puede ser tan sencillo como decir, 

"Le respetamos a usted y a su organización. Una prioridad clave para nosotros es que nuestros socios se _________. Entendemos que esa no es una prioridad para ustedes en este momento. Por lo tanto, ya no podremos asociarnos de manera oficial, aunque esperamos seguir conectados. Esperamos ver cómo Dios sigue trabajando a través de su programa".

Estas conversaciones pueden ser difíciles, pero recuerden que están tomando decisiones meditadas que servirán mejor a los intereses de los niños y las familias a las que sirven juntos. También están comprometidos a administrar fielmente los recursos, las personas y la energía que Dios ha confiado a su cuidado. A veces tenemos que tomar decisiones difíciles para mantener la fidelidad a esa responsabilidad. 

Buscar la sabiduría de Dios a través de la oración 

Por encima de todo, durante todo el proceso de evaluación, es importante mantener lo principal como lo principal. La oración es la herramienta más poderosa de su caja de herramientas de evaluación. El Espíritu Santo te dará sabiduría cuando se la pidas (Santiago 1:5), y Dios será fiel para honrar tu corazón cuando busques seguir Su guía con tus socios actuales y futuros.

- Jason Johnson es el Director Nacional de Compromiso y Movilización de la Iglesia. Este artículo es una adaptación del capítulo 6, "¿Cómo serviremos ahora?", del libro, Mission Wise. Más información en www.missionwisebook.com

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