Nuestra amiga la Dra. Susan Hillis, de los CDC, es una de las mejores investigadoras del mundo sobre la relación entre el VIH/SIDA y una serie de problemas a los que se enfrentan los huérfanos. (Ayer, la Dra. Hillis compartió con nosotros la recién publicada evaluación del gobierno estadounidense sobre los huérfanos y los niños vulnerables, que se entregó al Congreso el miércoles.
Si el título de 17 palabras no le confunde, el informe ofrece datos y análisis de gran importancia sobre la crisis mundial de huérfanos. Sin duda, habrá cierto debate sobre cómo y por qué las cifras del gobierno estadounidense difieren de las proyecciones de UNICEF. (En última instancia, tanto las cifras de EE.UU. como las de la ONU son simplemente estimaciones meditadas y bien informadas). Y, en ocasiones, el informe parece esgrimir argumentos sobre las causas profundas de la crisis de orfandad que pueden ir un poco más allá de lo que los datos demuestran empíricamente. Lo que es indudable, sin embargo, es que la necesidad sigue siendo extrema. Los datos clave del informe son los siguientes
- Total Las estimaciones mundiales de huérfanos para 2008 son de 163 millones (niños que han perdido a uno o ambos progenitores).
- De ellos, se calcula que 55,3 millones han perdido a su madre y 126 millones a su padre.
- Se calcula que 18,3 millones de niños han perdido a ambos progenitores.
Como ya se ha explicado en otras entradas del blog, este tipo de cifras rara vez inspiran a las personas a pasar a la acción. En todo caso, son paralizantes. Pero sigue siendo vital que quienes lideran los esfuerzos para abordar las necesidades de los huérfanos comprendan el alcance de la necesidad global... incluso cuando centramos los mensajes de motivación y nuestras propias acciones en situaciones y niños específicos. En última instancia, hay una estadística que sobresale por encima de todas las demás: sólo hace falta una persona solidaria para cambiar la vida de un huérfano.