Artículo de opinión del New York Times sobre la adopción

By Jedd Medefind on noviembre 20, 2017

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Los New York Times publicó este fin de semana un convincente artículo de opinión, Reiniciemos el movimiento de adopción. Recuerda una simple verdad que a menudo se pasa por alto en los debates políticos o en las conversaciones sobre traumas: la adopción suele traer felicidad, tanto a las familias como a los niños. Sí, los retos y el dolor también forman parte de cualquier crianza, y mucho más cuando nuestro hijo ha experimentado un gran dolor antes de venir a nosotros. Pero prácticamente todas las familias adoptivas le dirán lo mismo:  al final, la alegría supera con creces el dolor.

El artículo afirma también otra sencilla verdad, al recordar que millones de niños crecen hoy sin padres en nuestro mundo, por lo que ampliar las vías entre estos niños y las familias dispuestas a acogerlos debe ser una prioridad para gobiernos y ciudadanos.

El breve artículo -escrito por el presidente del grupo de reflexión de Washington, DC Instituto Empresarial Americano, Dr. Arthur Brooks - afirma que los esfuerzos para minimizar los riesgos de corrupción en los procesos de adopción son importantes. Pero también recuerda que cuando estos esfuerzos acaban haciendo casi imposible que los niños huérfanos lleguen a familias, algo tiene que cambiar.

Brooks no profundiza en las recomendaciones políticas, pero creo que habla en nombre de la gran mayoría de los estadounidenses al sostener que -a pesar de la complejidad real que puede entrañar la adopción- los niños que necesitan familias deberían poder tenerlas.

Creo que las ambulancias ofrecen una analogía útil. Se calcula que hay una media de 4.500 accidentes de tráfico con ambulancias implicadas anualmente, con 33 personas muertas cada año. Esto es trágico, incluso "inaceptable". Pero nadie propone nunca suprimir las ambulancias. Nadie sugiere que sería mejor dejar a las víctimas de infarto que se las arreglen solas debido a este riesgo. Más bien, reconocemos que -a pesar de la realidad de que los accidentes son a veces parte de la prisa por llevar a los heridos a los cuidados que necesitan- sería moralmente incorrecto dejar de hacerlo.

Sin duda hay mucho que debatir sobre la mejor manera de minimizar los accidentes, tanto para las ambulancias como para la adopción. Pero cualquier sistema que impida que los heridos reciban la atención que necesitan necesita necesita un arreglo serio. Y, aunque nos arremanguemos para abordar asuntos tan complejos, no debemos olvidar las verdades sencillas que están en su esencia, incluida la felicidad que tan a menudo aporta la adopción.

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