Huérfanos: Los números - Parte II

By Jedd Medefind on julio 28, 2009

Disponer de buenos datos sobre el número de huérfanos en todo el mundo es valioso. Nos da al menos una pequeña idea de la inmensidad de las necesidades. Y para los responsables de la toma de decisiones en el gobierno o las organizaciones sin ánimo de lucro, disponer de información de calidad sobre cuántos huérfanos hay y dónde viven puede desempeñar un papel importante en la configuración de políticas y...

Un proyecto de ley presentado recientemente en el Congreso de EE.UU. (Ley de Familias de Huérfanos) exigiría (entre otras cosas) al gobierno de EE.UU. que mejore la recopilación de datos mundiales sobre huérfanos. Tengo entendido que la ONU también desea mejorar su enfoque de los datos relacionados con los huérfanos. Ambas iniciativas merecen la pena.

Pero debemos tener claras tres grandes limitaciones de las estadísticas mundiales de huérfanos.

  1. Impreciso. Incluso en Estados Unidos, donde el transporte es fácil y las comunicaciones rápidas como el rayo, la Oficina del Censo debe emplear cientos de millones de dólares y un vasto ejército de trabajadores para recopilar sus datos. Contrasta este ejercicio con intentar determinar el número de niños sin padres en el desierto de Gobi o en la cordillera de los Andes. Es, como mínimo, una ciencia imprecisa. Esto no significa que las cifras sean inútiles, sino que debemos reconocer que son sólo una estimación.
  2. Potencialmente engañoso. Aunque puede haber buenas razones para clasificar a veces como "huérfanos" a los niños que han perdido a uno de sus padres, la mayoría de la gente sigue pensando que un huérfano es un niño que ha perdido a ambos progenitores. Es importante que los defensores dejen claro a qué nos referimos cuando hablamos de "145 millones de huérfanos en el mundo". Un fallo en este sentido puede hacer que algunas personas piensen que no estamos siendo totalmente francos.
  3. Paralizante. Piensa en cómo te sientes cuando alguien te suelta una "gran" estadística sobre la necesidad. ¿Te sientes inspirado para actuar... o te sientes agotado y abrumado? Las cifras descomunales que no podemos asimilar rara vez incitan a la gente a actuar. De hecho, algunas investigaciones (compartido conmigo por Jodi Jackson Tucker de Carolina del Norte) sugiere que la respuesta humana a la necesidad en realidad disminuye a medida que aumenta nuestra percepción de la magnitud del problema. Esto no significa que los defensores de los huérfanos deban renunciar a las estadísticas. Pero sí significa que debemos reconocer que arrojar grandes cifras no suele generar respuesta. Debemos conocer las cifras, pero la mayoría de las veces querremos ayudar a otros a reconocer la necesidad en los ojos de un solo niño o las dificultades de una sola familia.

En última instancia, hay una sola estadística que importa más que cualquier otra:  Basta con que una sola persona se preocupe para que la vida de un huérfano cambie para siempre. Es una estadística precisa, inequívoca y fortalecedora. Y lo que es más importante, es un dato que la gente tendrá en cuenta.

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