Una pareja a la que respeto profundamente ha prestado sus servicios durante una década al otro lado del mundo, ayudando a empresarios pobres a mejorar sus vidas. Pero hace unos meses tiraron la toalla. Renunciar no fue un fracaso. El buen fruto de su trabajo es evidente; seguirá creciendo durante años. Pero sospecho que el bien podría haber sido aún mayor si no se hubieran cansado y agotado tanto.
Nuestras almas se marchitan rápidamente cuando dejamos de regarlas.
No estoy seguro de que ninguno de nosotros pueda evitar por completo temporadas así. Casi todos los compañeros de trabajo que conozco en el campo del cuidado de huérfanos, la adopción y la acogida han pasado por momentos así. Yo también he vagado por páramos sedientos. Mirando hacia atrás, Dios utilizó estos tiempos para mucho bien: para humillarme y refinarme y, con el tiempo, para acercarme más a Su corazón.
Pero también veo claramente que, al igual que mi jardín se marchita pronto cuando no lo riego, nuestras almas se marchitan rápidamente cuando dejamos de regarlas. No existe una fórmula, por supuesto. Pero los santos a lo largo de los siglos han descubierto que ciertas prácticas y ritmos de vida sí riegan el alma. Puede que estos hábitos no eviten por completo las épocas de cansancio y sed, pero nos sostienen durante ellas.
Hay prácticas y ritmos de vida que pueden irrigar el alma.
Como comunidad CAFO, estamos trabajando juntos para aprender a dar prioridad a estos hábitos. Queremos crecer hacia abajo, como individuos y como organizaciones. Queremos raíces profundas que saquen vida de Dios, que nos sostengan incluso cuando el quebrantamiento del mundo rompa contra nosotros como vientos abrasadores.
Un artículo que escribí para el Cristianismo hoy argumenta: "La lucha por la justicia social empieza por dentro." Afirma que hay mucho en juego:
Los cristianos nunca se parecen más a Jesús que cuando sirven humildemente en medio del dolor del mundo: cuidando a los huérfanos, luchando contra el tráfico de personas, promoviendo la renovación urbana. Pero este bien será inevitablemente efímero si se basa únicamente en el celo por la justicia. Para que sea duradero, nuestro compromiso con la justicia y la misericordia debe ir acompañado de un compromiso aún más firme con el cultivo de una vida interior vibrante, arraigada profundamente en Cristo.
Junto a este artículo, el viernes CAFO publicó el último episodio del podcast Justicia y vida interior. Se trata de una entrevista con Gary Haugen, fundador y director general de International Justice Mission. Gary comparte cómo el compromiso de la IJM con las prácticas compartidas de formación espiritual le han impactado profundamente a él y a todo el personal de la IJM. También explica ideas muy prácticas para que cualquier organización pueda hacer lo mismo. (Escuchar el podcast AQUÍ.)
"Las víctimas de la injusticia y el abuso en este mundo no necesitan nuestros espasmos de pasión: necesitan nuestra larga obediencia en la misma dirección". - Gary Haugen
Las necesidades de nuestro mundo son inmensas. Sin duda, muchas están llamando a tu puerta ahora mismo. Pero si esperamos seguir respondiendo a esa llamada con ojos brillantes y alegría en nuestros corazones, no hay nada más crítico que formar y mantener hábitos que rieguen nuestras almas. Lo que Gary comparte puede ayudarnos en eso - mucho, creo. Y lo que hagamos con ello puede transformar nuestro ministerio hasta sus mismas raíces.