El mundo ha asistido atónito a la destrucción causada por el tifón Haiyan en las provincias centrales de Filipinas. Para mi familia reviste una gravedad especial, ya que mi esposa Rachel creció allí como MK, y su hermano menor fue adoptado en Filipinas. Cualquiera que haya pasado un tiempo allí sabe que los filipinos son una de las personas más cálidas y acogedoras del mundo.
Hoy he recibido un correo electrónico de Menchit Wong, Director de Incidencia Global de Compassion International, miembro de CAFO. Menchit vive en Manila, capital de Filipinas. Aunque Manila se salvó de la peor parte del tifón, Menchit está viendo las repercusiones de la destrucción causada en otras zonas de esta nación de muchas islas. Su correo electrónico recoge tanto los terribles daños causados por el tifón como peticiones concretas de oración para los próximos días.
Queridos amigos y familia espiritual de todo el mundo,
Gracias por vuestros mensajes, oraciones y preocupación por nuestra situación actual en Filipinas. Como sabéis, un súper tifón llamado Haiyan (más mortífero que el huracán Katrina que arrasó EEUU) asoló las provincias de la parte central de nuestro archipiélago el pasado viernes. Estas ciudades están a un vuelo de avión de Manila, por lo que quienes vivimos en la capital estamos a salvo. Antes de que llegara el tifón, los cristianos rezaban para que el Señor cambiara su rumbo. Sin embargo, vientos feroces y olas similares a las de un tsunami azotaron totalmente estas provincias, causando la muerte de unas 10.000 víctimas indefensas. Las advertencias y los preparativos para la evacuación y las labores de socorro no pudieron con los vientos y la lluvia. Muchas ciudades parecen ahora tierra de nadie.
Pero nuestro Señor es soberano sobre todo; Él nunca nos falla y creemos que, como nación, ésta es una oportunidad para mostrar nuestro espíritu de unidad, nuestra profunda fe en el Señor Jesucristo, y demostrar nuestra entrega desinteresada. No habíamos visto en nuestra historia una afluencia tan generosa de ayuda y suministros desde dentro del país (a través del sector privado) y desde países de todo el mundo (algunos de ellos antiguos "enemigos" de Filipinas). En todas partes vemos gente que quiere ayudar y prestar su apoyo. Por favor, rezad con nosotros durante las próximas semanas y meses de ayuda, rescate y rehabilitación, en nombre de los millones de filipinos que son víctimas indefensas de esta tragedia.
Estas son nuestras peticiones específicas de oración:
1. Roguemos al Señor para que conceda una extraordinaria dosis de sabiduría, espíritu firme, aguda perspicacia, rapidez de respuesta y voluntad política a los funcionarios de nuestros gobiernos nacionales, regionales y locales a la hora de trazar y aplicar un plan de acción sostenido de ayuda, rescate y rehabilitación. Oremos para que el Señor les dé la mente de José, que supo dirigir al pueblo cuando los siete años de hambruna azotaron Egipto. Tal era su sabiduría que a nadie le faltó. Reza para que los millones de ayuda sean sabiamente distribuidos y asignados.
2. Rezad para que nuestro Equipo de Respuesta Rápida de Compasión Filipinas pueda llevar a cabo la asistencia de socorro y proporcionar consuelo, oraciones y apoyo a nuestros niños afligidos, a sus familias y a las iglesias locales. 3. Rezar por la seguridad y la salud de Noel (nuestro Director de País de Ph), Toyditz (nuestro Director de Promoción Regional de Asia), y el resto del Equipo de Respuesta Rápida, ya que se encuentran en Cebú y Leyte durante unos días para llevar a cabo las labores de socorro.
3. Rezad para que Satanás, el Enemigo, sea "bloqueado" de modo que personas sin escrúpulos, ladrones o asaltantes no puedan llevar a cabo saqueos, robos o recurrir a asesinatos; rezad para que ningún funcionario corrupto pueda poner sus manos sobre el dinero o los bienes de la ayuda por sus propios motivos egoístas.
4. Oremos para que el Señor conceda a nuestros hermanos y hermanas filipinos con fe inquebrantable en el Señor que recibirán ayuda oportuna en términos de alimentos, agua, medicinas y un lugar seguro para dormir durante las próximas semanas y meses.
5. Reza para que el personal militar estadounidense enviado para ayudar sea capaz de formar rápidamente a los funcionarios locales filipinos para que todas (y no sólo unas pocas) las ciudades y provincias afectadas recibirán ayuda de socorro a tiempo. Rezad para que los aviones enviados para el transporte aéreo de mercancías y suministros estén a salvo y ayuden a llevar alimentos, especialmente a las ciudades donde la gente no ha probado bocado desde el viernes.
6. Rezad para que se produzcan milagros de curación para los enfermos, y para que miles y millones de filipinos en el centro de Filipinas lleguen a conocer a Jesús como su Señor y Salvador personal a través de la poderosa obra del Espíritu Santo. 7. Oremos para que el cuerpo de Cristo en Filipinas, representado por las miles de iglesias locales, sea una fuente de bendición sostenida para las víctimas del tifón, de palabra y de obra.
7. Oremos para que al ver el trabajo de rehabilitación realizado con éxito, podamos declarar,
Y a Aquel que es capaz de hacer muchísimo más de lo que pedimos o imaginamos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. (Efesios 3:20,21)