Acabo de regresar de casi 3 semanas en África, trabajando con líderes de iglesias y ministerios de 16 naciones africanas en 3 eventos en Kenia, Uganda y Sudáfrica (puedes ver informes en video de cada uno de estos eventos en entradas anteriores del blog). Por supuesto, una vez que una experiencia como esta termina, tenemos la oportunidad de reflexionar, y luego compartir con otros dentro del movimiento.
Después de reflexionar sobre el viaje durante unos días, he aquí algunas cosas clave que aprendí en África:
1. El Espíritu Santo está guiando a los cristianos africanos a cuidar de los huérfanos.
Cuando hablamos de "movimientos" en contextos locales y globales, debemos confirmar siempre que es el Espíritu Santo el que dirige el camino. Nunca debemos ponernos delante del Espíritu Santo en esto; más bien debemos seguirle mientras Él traza el camino en los corazones de los creyentes y de las iglesias locales.
Tras reunirme con más de 650 pastores, líderes de ministerios y líderes laicos, y escuchar sus historias y pasiones, puedo decir con confianza que Dios está marcando realmente el camino en África. Culturalmente, acoger en la propia familia a los hijos de parientes fallecidos es algo habitual, y el Señor está guiando a los cristianos para que amplíen esta práctica e incluyan a niños de otras familias y regiones. De este modo, la iglesia cristiana africana está preparada para cambiar la cultura y proporcionar familias a los niños necesitados, sin importar dónde vivan o qué apellido tengan.
2. Para influir realmente en los huérfanos africanos, los cristianos africanos deben tomar la iniciativa.
Cuando se viaja por África, se puede ser testigo de los cientos de organismos internacionales que atienden las necesidades humanitarias. Desde los campamentos de la ONU hasta los camiones de Compassion International, abundan las personas y organizaciones solidarias que responden a crisis críticas en todo el continente.
Pero las soluciones sostenidas requerirán que los cristianos locales asuman roles de liderazgo, desarrollen una visión y planes, y luego movilicen a las iglesias en todas sus naciones para difundir el mensaje del amor de Dios por los niños y el papel de la iglesia en el cuidado de los huérfanos. ¡Qué bendición presenciar cómo cientos de pastores y líderes ministeriales asumen esta responsabilidad y se comprometen a movilizar a la iglesia en todas las regiones de sus países!
3. Dios tiene un plan para que las iglesias locales africanas se levanten en favor de los huérfanos de su entorno.
Aunque se presta mucha atención a la adopción internacional en los debates sobre la crisis de los huérfanos, la única solución que puede igualar la necesidad es que las iglesias africanas locales se ocupen de los huérfanos africanos en sus propias comunidades. Estos líderes no sólo están aceptando el reto, sino que el Espíritu Santo les ha llevado a desarrollar una visión y unos planes propios de cada nación y cultura presentes en los actos de las últimas semanas. Creo que estos planes fueron inspirados por el Espíritu Santo y escritos por los delegados de cada nación.
Los planes incluyen medidas como:
a. Formar a pastores, líderes eclesiásticos y paraeclesiásticos sobre la base bíblica y teológica del cuidado de los huérfanos.
b. Elaborar materiales para la adopción nacional, la acogida en familias de guarda y otros programas de atención a huérfanos en los idiomas locales.
c. Aumentar la concienciación sobre la crisis local de huérfanos e invertir en servicios sociales preventivos.
d. Solidificar los movimientos nacionales de atención a los huérfanos y crear alianzas formales.
e. Involucrar al gobierno en políticas de apoyo y legislación que conduzcan a un cuidado eficaz de los huérfanos.
Hay muchos más, pero esto te da un indicador de los sólidos planes que estos líderes están llevando a sus naciones.
4. África tiene una solución autóctona a la crisis de los huérfanos.
Una y otra vez, escuchamos a líderes religiosos clamar al Señor para que llamara a las familias a adoptar, acoger y tutelar a los huérfanos. Elevaron su oración para que todos los huérfanos y niños vulnerables de sus naciones encontraran un hogar en familias autóctonas de su propio país y cultura.
5. No soy un buen bailarín.
Esto no encaja con los otros puntos de aprendizaje, pero definitivamente probé mi suposición de que tengo problemas de ritmo. Un maravilloso grupo de huérfanos que actuó en el Foro de Liderazgo de Uganda (con un ritmo y una armonía fantásticos) intentó enseñarme algunos de sus pasos de baile. Aunque no tuvieron mucho éxito (como puede verse en este vídeo), lo pasamos muy bien y nos conmovieron profundamente su fe y sus oraciones.
Que Dios bendiga de verdad a los huérfanos de África, y que siga guiando a la Iglesia africana para que se levante en su favor.