Ya sea niño o adulto, la imagen física y la historia de una persona la representan. Estas representaciones forman parte de lo que son. Por eso, las fotos, películas e historias de cualquier persona deben crearse y compartirse sólo de manera que se respeten sus deseos y se afirme su dignidad como seres hechos a imagen de Dios. Cuando se trata de niños, el uso prudente de las imágenes es también un acto de protección de la infancia: honrar la dignidad de cada niño y protegerlo del voyeurismo y la explotación.
Este folleto proporciona principios clave para la práctica, preguntas para la reflexión y recursos para el aprendizaje adicional sobre la sabia representación de los niños en los medios de comunicación.
