Una nueva y provocadora charla TED pide que se ponga fin a los hogares de acogida tal y como los conocemos. Molly McGrath Tierny argumenta: "No es que el gobierno lo esté haciendo mal. Es que el acogimiento familiar es una mala idea".
El argumento de Tierny es poderoso, sobre todo viniendo de alguien con su currículum. Su liderazgo en el sistema de acogida de Maryland ayudó a producir el tipo de resultados estadísticos que mucha gente alabaría como un verdadero éxito. Sin embargo, mirando hacia atrás, considera que los resultados finales fueron un fracaso en lo que más importa.
Animo a cualquiera que se preocupe por el sistema de acogida y las familias a las que afecta a que vea el vídeo y analice sus argumentos. En última instancia, creo que aporta algunas ideas vitales... aunque también pasa por alto algunas verdades igualmente importantes en el proceso.
VISIÓN VITAL 1:
Tierny tiene razón en esto: el futuro estadístico de los niños criados en el sistema de acogida es una auténtica tragedia. Alrededor de los 20 años, menos de la mitad tienen trabajo. Más del 60% de los varones han sido encarcelados de adultos, frente al 9% de los hombres en general. En el caso de las mujeres, el 68% recibe cupones de alimentos, frente al 7% en general. ¿Puede alguien llamar a eso "éxito"?
ADVERTENCIA VITAL 1:
Estas estadísticas no prueban que el acogimiento familiar no funcione. Muchos argumentarían que el sistema "funciona" al reducir significativamente el maltrato y la negligencia grave de los niños. Lo que podemos decir inequívocamente es lo siguiente: "El actual sistema de acogida no aporta ni una fracción de la restauración que anhelaríamos ver en las vidas de los niños que proceden de hogares profundamente desestructurados".
VISIÓN VITAL 2:
Los sistemas gubernamentales no pueden sustituir a las familias. Un estudio tras otro lo demuestra: los niños tienden a prosperar en familias permanentes y afectuosas... y se marchitan sin ellas. No cabe duda de que los padres de acogida, los mentores e incluso los centros de atención residencial pueden hacer mucho bien a los niños. Pero no hay nada que pueda sustituir a una familia.
ADVERTENCIA VITAL 2:
Si el gobierno es un mal padre, no deberíamos apresurarnos a suponer que tampoco tendrá un gran éxito como "abuelo", enseñando a los padres a ser buenos padres o intentando compensar de otro modo los factores tan profundos, dolorosos y complejos que llevan a los padres a maltratar o descuidar a sus hijos en primer lugar. Los esfuerzos públicos y privados para educar y apoyar a los padres con dificultades son vitales. Familias seguras-están marcando una gran diferencia. Pero incluso si cada céntimo que se gasta ahora en acogida se destinara a estos programas, la protección de los niños por el sistema de acogida seguiría siendo a menudo necesaria.
VISIÓN VITAL 3:
El sistema de acogida necesita una reforma. A pesar de la dedicación de muchas personas que trabajan en los hogares de acogida, el sistema tiene profundas deficiencias. Los niños, los padres biológicos, los padres de acogida y los trabajadores sociales merecen algo mejor de lo que tienen ahora.
ADVERTENCIA VITAL 3:
La pura verdad es que, al abordar cualquier necesidad humana profunda, ninguna solución estará exenta de graves defectos. Eso nos recuerda la necesidad de corregir el rumbo con frecuencia y de reformar continuamente... pero también nos prepara para saber que el éxito siempre será parcial en el mejor de los casos.
Afortunadamente, tenemos todos los motivos para seguir sirviendo a pesar de saber que incluso las victorias reales se verán teñidas por la decepción. Los intentos de reunificación familiar fracasarán. Los sistemas de protección de la infancia pasarán por alto casos flagrantes de maltrato infantil. Las relaciones de tutoría y acogida a largo plazo parecerán dar pocos frutos.
Sin embargo, a pesar de todo, estamos llamados a servir. Debemos amar como hemos sido amados. Es eso -no la promesa del éxito- lo que nos permite seguir entregándonos a un mundo herido junto a personas imperfectas en medio de sistemas profundamente viciados.