El simple papel de padre es dar provisión y protección a su familia. Pero la paternidad es mucho más profunda: desarrollar el bienestar espiritual, intelectual, emocional y financiero de...
Para ello, los padres deben estar presentes en la vida de sus hijos. Sin embargo, muchos niños de todo el mundo crecen sin padre.
Los hombres cristianos deben tomar en serio su papel de padres. Y donde veamos lagunas, debemos intervenir para llenarlas. Esto puede adoptar muchas formas: acogida o adopción, tutoría, enseñanza, inspiración de otros hombres, etc.
¿Cómo debemos "ser padres"? El mejor ejemplo que tenemos es el Padre Dios. Cuando Jesús fue bautizado, Dios demostró tres principios de paternidad:
- Identidad: "Este es mi Hijo amado"
Los padres dan identidad a sus hijos. No se trata simplemente de pasar un apellido, sino de reivindicar intencionadamente al niño como hijo o hija, y decirlo públicamente. Esto ayuda a los niños a saber desde pequeños quiénes son y que son aceptados. - Afirmación: "con quien me complazco"
Los padres afirman a sus hijos. El estímulo verbal y emocional forjará la confianza y el carácter de los jóvenes de ambos sexos. Todo el mundo busca afirmación, y la encontrará en fuentes buenas y malas. La afirmación positiva de un padre pone a nuestros hijos en el buen camino de la vida, y requiere afirmarlos constantemente a lo largo del camino. - Toque: "el Espíritu de Dios descendió como una paloma y se posó sobre él"
El contacto físico es fundamental para el desarrollo de cualquier niño. El toque positivo y afirmativo en el hombro o el abrazo de un padre a su hijo demuestran un compromiso y un amor que las palabras no pueden expresar.
Y cuando Jesús fue bautizado, inmediatamente subió del agua,
y he aquí que se le abrieron los cielos,
y vio que el Espíritu de Dios descendía como una paloma y se posaba sobre él;
y he aquí, una voz del cielo dijo,
"Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia".
Mateo 3:16-17
Un bello ejemplo de ello es Jason Wilson, fundador y principal instructor de la Academia de Formación Transformacional Cave of Adullam, en Detroit. Su propósito "es enseñar, entrenar y transformar a los chicos antes de que lo haga el mundo". Utilizando las artes marciales para desarrollar a los chicos física y emocionalmente, su ministerio se centra en la guerra espiritual para superar los retos de los jóvenes de hoy y prepararlos para un futuro exitoso.
Este vídeo recoge la iniciación del joven Kaden en la Academia. El paso final es que el hijo se tumbe en la espalda de su padre mientras éste hace 10 flexiones. Esto demuestra el amor y el compromiso del padre con el hijo. Pero, por alguna razón, el padre de Kaden no está allí. Reuniendo a "un pueblo de padres" que tienen influencia en la vida de Kaden, el Sr. Wilson interviene para mostrar a este joven que no está solo. Observa cómo estos principios de Identidad, Afirmación y Contacto se utilizan para mostrar de forma tangible a Kaden que tiene figuras paternas en su vida que soportarán sus cargas.
"No estás solo hijo...
Te afirmaremos.
Te fortaleceremos.
Te formaremos.
Te disciplinaremos
y vamos a estar aquí para ti".
Para los hombres que leen este blog, mi oración es que esto los anime a reconsiderar cómo están llevando a la próxima generación en sus propias espaldas, compartiendo su sufrimiento, levantando sus cargas y aligerando su carga. Si conoces a hombres que se han levantado para ser padres de los huérfanos, levántalos y hazles saber que pueden contar contigo para que los apoyes cuando sus espaldas se cansen. Confiando en la fuerza de Dios y en la sabiduría y la guía del Espíritu Santo, podemos ir más allá de nuestras capacidades y cambiar la vida de los huérfanos que hay entre nosotros.
"He aquí que yo os envío al profeta Elías, antes que venga el día del Señor, grande y temible.
Y hará volver el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres".
Malaquías 4:5-6a