8 Principios para una mejor práctica de las misiones a corto plazo

By Nicole Wilke on marzo 26, 2024

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Antes de empezar a planificar un viaje misionero a un orfanato, conocer estos ocho principios puede ayudar a proteger a los niños huérfanos y vulnerables. 

Cada año, más de dos millones de cristianos realizan viajes misioneros internacionales de corta duración. Muchos de estos participantes buscan servir a los huérfanos y niños vulnerables, deseando vivir el llamamiento bíblico de Santiago 1:27 visitando orfanatos.

Los viajes de misión posibilitan experiencias, interacciones y servicios que pueden ser transformadores, tanto para los voluntarios como para las comunidades que visitan. Hoy en día, muchos defensores de la infancia y líderes de organizaciones que atienden a niños vulnerables remontan sus compromisos a un viaje de servicio internacional.

Al mismo tiempo, estos viajes centrados en los servicios también pueden causar grandes daño si no se planifica cuidadosamente y se dirige con sabiduría. 

Estos riesgos pueden ser especialmente elevados cuando los visitantes tratan de atender a niños, sobre todo a los que carecen de la protección y el vínculo de la familia. 

Este riesgo -y los daños reales que a veces se derivan- ha llevado a fuerte crítica a las misiones a corto plazo. Esta preocupación está justificada, y los importantes riesgos de las misiones a corto plazo deben considerarse con humildad y apertura al cambio.

El potencial de bien que ofrecen las misiones a corto plazo exige un continuo perfeccionamiento, corrección y mejora. 

Cuando se llevan a cabo con la debida cautela y sabiduría, las misiones a corto plazo pueden beneficiar a los niños a largo plazo, al crear familias y comunidades capaces de cuidar de ellos con el paso del tiempo.

Para hacerlo bien, los organizadores y participantes deben tener una idea clara de cómo planificar, preparar y llevar a cabo su servicio de forma que garantice la seguridad y promueva el bienestar duradero de los niños, las familias y las comunidades.

¿Cómo puede asegurarse de que su viaje de misión no perjudique a los niños huérfanos y vulnerables?

Con la aportación de docenas de organizaciones miembros, CAFO ha desarrollado los siguientes ocho principios para ayudar a apoyar a todas las iglesias y organizaciones que buscan servir a los niños huérfanos y vulnerables a través de viajes misioneros a corto plazo. 

Protección: La protección de los niños es prioritaria

Sea cual sea el bien que esperemos hacer, proteger el bienestar de los niños -tanto inmediato como a largo plazo- debe ser nuestra máxima prioridad. 

Es imperativo que las organizaciones y sus socios establezcan y revisen sistemáticamente una política global de protección de la infancia que se aplica a todo el personal, los voluntarios y los participantes en el viaje. Todos los participantes en el viaje deben ser investigados a fondo antes de participar en el viaje misionero, incluyendo la comprobación de antecedentes y referencias. Asegúrese de que todo contacto con niños durante el viaje se produzca en lugares públicos y observables. 

Al dar prioridad a la protección, creamos un entorno seguro en el que los niños pueden prosperar y desarrollar todo su potencial.

Apego: Apoyar los vínculos entre los niños y sus padres o cuidadores principales

Uno de los aspectos más cruciales del desarrollo de un niño es el el vínculo que comparten con su progenitor o cuidador principal. Los viajes misioneros de corta duración deben apoyar y reforzar este vínculo existente, en lugar de competir con él permitiendo que los niños formen vínculos con los miembros del equipo misionero. 

Unos buenos límites son fundamentales para mantener un apego sano. Evite que los visitantes de corta duración entren en los hogares de los niños o desempeñen funciones de cuidadores que estarían mejor en manos de los padres y de los cuidadores locales a largo plazo. La creación y ruptura de vínculos puede ser especialmente perjudicial para los niños separados del cuidado de sus padres, por lo que debe limitarse la interacción con los nuevos participantes en el viaje. La interacción de los voluntarios no debe incluir interacciones con niños menores de 3 años, ya que el apego es más vulnerable a esta edad.

En lugar de abrazar y abrazar a los niños, chóqueles los cinco o déles un apretón de manos y anímeles a buscar el afecto físico y emocional de sus cuidadores habituales. Enseñe a los participantes en el viaje a redirigir a los niños hacia sus padres y cuidadores principales para que satisfagan sus necesidades. Este simple acto de respeto por la relación padre-hijo puede tener un profundo impacto en el bienestar emocional del niño.

Cuidadores: Honrar su papel en la vida del niño 

Los padres y cuidadores principales desempeñan un papel fundamental en la vida de los niños, y sus contribuciones deben ser honradas y celebradas. 

En lugar de eclipsar su papel, los viajes de misión deberían destacarlos como los verdaderos héroes en la vida de un niño. Esté dispuesto a asumir un papel de apoyo, empoderando a los cuidadores y reforzando su inestimable influencia en la vida de sus hijos. En lugar de llevar regalos para los niños, como hacen muchos grupos, considere la posibilidad de llevar pequeños obsequios para los padres o cuidadores. 

Comunidad: Apoyar a las comunidades que rodean a los niños

Aunque nuestros corazones se sientan atraídos por los niños individualmente, es esencial reconocer que forman parte de una comunidad más amplia encargada de cuidar de los niños y las familias.

En lugar de trabajar en un hogar infantil aislado de la comunidad en general, trabaje a través de entidades comunitarias como iglesias y escuelas. Dé prioridad a actividades que beneficien a toda la comunidad, como campamentos, clínicas o programas de formación. Al elevar a la comunidad en su conjunto, creamos un entorno de apoyo que fomenta el bienestar de todos los niños que la integran.

Expectativas: Asegúrese de que todos los participantes entienden el propósito de su viaje

Asegurarse de que el propósito del viaje está claro y de que todos los participantes comprenden perfectamente las expectativas. Transmita claramente que los viajes de corta duración no pretenden "arreglar" problemas de larga data.

Ayudar a los participantes en los viajes de misión a ver la escucha, el aprendizaje y la el establecimiento de relaciones es más importante que las tareas que puedan realizar durante el viaje. Al alinear las expectativas con el verdadero propósito, los participantes pueden abordar su experiencia con una mentalidad de humildad, apertura y auténtico deseo de servir.

Asociaciones: Anclar cada viaje en relaciones a largo plazo con socios de calidad.

Un cambio significativo y duradero requiere relaciones a largo plazo con socios de calidad

Mucho antes de enviar a los participantes en el viaje, realice el arduo trabajo necesario para investigar a fondo a los posibles socios. Considere la calidad de su trabajo, su reputación local y su posición ante las autoridades locales y nacionales. Co-crear los viajes con la aportación de los socios locales desde el principio. Una asociación sólida basada en la confianza y el entendimiento mutuo es la base de un viaje misionero de corta duración fructífero y de gran repercusión.

Formación: Comprometerse a aprender antes de hacer

Para evitar daños, es fundamental una educación meditada antes, durante y después del viaje. 

La formación debe hacer hincapié repetidamente en el papel primordial de los padres y cuidadores, la prioridad del liderazgo local y la comprensión de que las necesidades a largo plazo de cada niño deben primar siempre sobre los deseos de los visitantes. 

Por equipar a los participantes con los conocimientos y la perspectiva necesarios, estarán mejor preparados para afrontar con sabiduría y sensibilidad las complejidades de servir a las comunidades vulnerables.

Medios de comunicación: Comparte historias e imágenes con cuidado

Cuando se comparten historias e imágenes de viajes misioneros de corta duración, es crucial actuar con cuidado y respeto. Las imágenes que incluyan a niños vulnerables sólo deben tomarse y compartirse con el permiso del niño y de su cuidador principal. Pregunte a la organización anfitriona acerca de sus políticas y directrices específicas para tomar y compartir fotos de los niños y las familias con las que va a interactuar. Es importante recordar que tomar fotos para nuestros propios recuerdos o para compartirlas con quienes han apoyado económicamente el viaje misionero debe ser una consideración secundaria frente a la protección y el respeto de aquellos a quienes estamos sirviendo.

Proteja la dignidad y la intimidad de las personas a las que atiende siendo ser consciente de cómo se representa a los niños a través de los medios de comunicación.

Un viaje juntos hacia mejores misiones a corto plazo

Estos ocho principios no son meras directrices, sino una llamada a la acción. Nos desafían a abordar las misiones a corto plazo con humildad, sabiduría y un profundo respeto por las comunidades a las que servimos. 

Nuestra esperanza y oración es que estos principios para una mejor práctica ayuden a garantizar que cada experiencia de misión a corto plazo aporte un bien duradero a los niños, las familias y las comunidades, y honre al Dios que se describe a sí mismo como Padre de los huérfanos. 

- Nicole Wilke es la Directora del Centro CAFO de Investigación Aplicada para Niños y Familias Vulnerables. 

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¿Quiere saber más?

Más información sobre los ocho principios para mejorar las prácticas en el folleto, Misiones y prácticas prudentes a corto plazo.

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