Un nuevo estudio calcula el número de niños huérfanos a causa del COVID-19 en EE.UU.

By Jedd Medefind on octubre 15, 2021

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El término "huérfano" apenas se utiliza hoy en día en relación con los niños en Estados Unidos. Pero la semana pasada, la revista Pediatría ha publicado un documento previo a la publicación en el que se calcula el número de niños huérfanos por COVID-19 y factores relacionados con COVID en EE.UU.

El documento, "COVID-19-Orfandad asociada y muerte del cuidador en Estados Unidos," proyecta que desde abril de 2020 hasta junio de 2021:

  • 120.630 niños perdieron al menos a uno de sus cuidadores principales.
  • 22.007 niños perdieron al menos un cuidador secundario.

La autora principal del artículo es la Dra. Susan Hillis, que forma parte de la comunidad CAFO desde hace más de una década. Otro artículo que la Dra. Hillis coescribió a principios de este año estimaba que el número total de niños huérfanos a causa de COVID en todo el mundo.

El trabajo anterior de Hillis descubrió diferencias dramáticas en las tasas de orfandad entre países de todo el mundo. Por ejemplo, en el momento del estudio, sólo 1 de cada 1.666 niños de Inglaterra y Gales había perdido a uno de sus padres o a su cuidador principal, mientras que esa cifra era de 1 de cada 667 en Estados Unidos, 1 de cada 286 en México, 1 de cada 196 en Sudáfrica y 1 de cada 98 niños en Perú. Las diferencias en los niveles de desarrollo de los países, incluidos sus sistemas sanitarios y situaciones económicas, sin duda influyeron en estos niveles de orfandad escandalosamente diferentes. Pero las causas de la disparidad desafían una explicación fácil, y algunas de las diferencias más notables son visibles entre países de los que cabría esperar resultados similares. Por ejemplo, la tasa de orfandad de Colombia era menos de la cuarta parte de la de su vecino Perú, y la de Zimbabue era menos de la décima parte de la de su vecino Sudáfrica.

Mientras que 1 de cada 753 niños blancos y 1 de cada 682 niños asiáticos perdieron a su cuidador principal, esa cifra fue de 1 de cada 412 para los niños hispanos, 1 de cada 310 para los niños negros y 1 de cada 168 para los niños indios americanos. Entre otras consecuencias, es probable que este impacto tan diferente aumente aún más la representación ya dispar de los niños de color en el sistema de acogida estadounidense. [pullquote]Todas estas cifras son motivos de tristeza[/pullquote].

Todas estas cifras son motivo de dolor: desde cada niño que ha perdido a uno de sus padres hasta las enormes diferencias entre distintos grupos y naciones.

¿Cuál es la causa de las grandes diferencias en las tasas de orfandad en Estados Unidos? Esta pregunta quedaba en gran medida fuera del alcance del Pediatría papel. No cabe duda de que influye una gran variedad de factores. Entre los sugeridos -aunque no explorados- por el documento se incluyen las diferencias entre comunidades en cuanto a promedios de situación socioeconómica... acceso a servicios sanitarios de alta calidad... prácticas de salud personales... edad de maternidad... comorbilidades (es decir, afecciones subyacentes que se correlacionan con la gravedad y la muerte por COVID-19), como la obesidad y la diabetes... porcentajes de niños al cuidado de los abuelos... y otros factores.

Los datos del estudio sí apuntan a un factor que parece haber contribuido sustancialmente en algunos casos: las diferencias en las tasas de fertilidad. Cuando el número medio de hijos nacidos de padres en una determinada comunidad es mayor, entonces cada padre perdido deja (de media) un mayor número de niños huérfanos. Por ejemplo, parece que más del 30% de la disparidad en las tasas de orfandad de las comunidades hispanas y blancas no hispanas se debe a este factor, con unas tasas de fertilidad femenina respectivas de 2,34 y 1,77 hijos por mujer, respectivamente.

Cabe mencionar que el documento no pudo tener en cuenta una realidad demográfica especialmente importante: el rápido crecimiento de la proporción de niños estadounidenses clasificados como multirraciales. Por necesidad, los datos del documento suponían que todos los niños eran de la misma raza que su progenitor fallecido. Sin embargo, el censo de 2020 reveló que más del 15% de los niños estadounidenses son multirraciales, frente al 5,6% de sólo diez años antes. La incorporación de esta realidad en el estudio habría influido notablemente en las proyecciones relativas a la raza o razas de los niños huérfanos.

Ciertamente, todos los estadounidenses se han visto afectados por el COVID-19 y sus efectos en cadena. Pero en cualquier momento histórico, todos y cada uno de los niños que pierden a uno de sus padres se enfrentan a cargas y luchas especiales, desde el dolor inmediato... hasta la pérdida de provisiones y cuidados ...., pasando por otras muchas consecuencias que pueden afectar a un niño durante toda su vida.

Como confirman una inmensa variedad de estudios, los niños que han perdido a sus padres figuran sistemáticamente entre los individuos más vulnerables de la sociedad. Incluso cuando un progenitor o pariente superviviente es capaz de cuidar de una niña o un niño huérfano, la probabilidad estadística de que sufra prácticamente cualquier enfermedad -desde explotación a pobreza, pasando por enfermedades mentales o falta de hogar- es mucho mayor.

Esta trágica realidad nos recuerda por qué las Escrituras enfatizan tan a menudo la llamada a proporcionar protección y cuidado especiales a los huérfanos: no sólo a los que han perdido a ambos padres, sino también a los que han perdido a uno de ellos - a menudo llamados en la Biblia "los huérfanos de padre".

La aleccionadora realidad de que más de 100.000 niños han quedado huérfanos en Estados Unidos viene acompañada de una llamada al pueblo de Dios para que dé un paso al frente: como buenos vecinos y sistemas de apoyo para madres y padres solteros... como mentores y amigos para niños en duelo... como familias de acogida, adoptivas y de parentesco... y mucho más.

Los PediatríaEl documento confirma algo que todos sabíamos en el fondo: ésta es una época de grandes necesidades. un momento de especial oportunidad para dar un paso en favor de los niños vulnerables.

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