Todos: Crear un espacio en el que todos puedan hacer algo en el ministerio de acogida, adopción y apoyo a la familia de su iglesia.

El buen funcionamiento del pueblo de Dios para cumplir los propósitos de Dios se describe a menudo en términos comunitarios, no individualistas. Si bien un papel puede ser más visible y otro más sutil, ambos operan en un nivel cooperativo de igual codependencia, hasta el punto de que si incluso una parte aparentemente "pequeña" sufre, como un tropiezo en un dedo del pie, afecta al conjunto, como si un hombre adulto se arrodillara de dolor.

Del mismo modo, cuando una parte cumple su función, como una mano que sujeta un tenedor, el conjunto se beneficia, como una boca que mastica y un estómago que se sacia. Esto es lo que significa que las distintas partes del cuerpo sean "miembros las unas de las otras". Estamos mucho más interrelacionados de lo que creemos.

Específicamente, cuando observamos cómo los esfuerzos cooperativos del Cuerpo de Cristo se manifiestan a través del cuidado de los huérfanos y vulnerables, encontramos que la misma premisa es cierta: no todos estamos llamados a hacer lo mismo, pero todos somos ciertamente capaces de hacer algo. Todos tenemos una función que desempeñar -algunas más visibles, otras más sutiles-, todas de gran importancia para servir bien a los niños y familias vulnerables.

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